Vivimos inmersos en una vorágine de constantes presiones y estímulos que nos mantienen en un estado de alerta y ansiedad permanente.
Este fenómeno, potenciado por las tecnologías de la información y la hiperconexión, está detrás del vertiginoso incremento en trastornos de salud mental que aquejan a las sociedades modernas. En mi opinión, urge encontrar antídotos efectivos que nos protejan de este flagelo silencioso pero implacable.
Afortunadamente, contamos con herramientas milenarias como el mindfulness o atención plena, cuya creciente popularidad responde a su probada capacidad para hacernos más resilientes y robustecer nuestro bienestar.
En efecto, el mindfulness nos ayuda a calmar la tormenta mental, conectar con el presente y sortear así los embates del estrés.
El mindfulness consiste en enfocar toda nuestra atención en el aquí y el ahora, sin dejarnos arrastrar por el torbellino de pensamientos e ideas que suelen colonizar nuestra mente.
Al calmarnos y centrarnos en el momento presente, podemos experimentar la vida de un modo más profundo y enriquecedor, potenciando a la vez nuestra creatividad y claridad mental.
Su práctica regular mediante sencillas técnicas reduce los niveles de estrés y ansiedad, mejora el funcionamiento cognitivo y emocional, y promueve relaciones más saludables y armoniosas.
Cursos relacionados
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